🅒 🅟 SUP-9 Lavanderas Colmenar Viejo, Madrid (España) 2005-2021 🅘 🅟🅡🅘🅩🅔 Colaboradores: Desirée García, Claire Tournier, José Luis Pérez Marín, Élodie Rodriguez (arquitectos); Manuel Pérez Marín (arquitecto técnico); Ricardo Ugarte, biólogo; Evaluación Ambiental (consultora medioambiental). EN DESARROLLO
Esta es la historia del desarrollo del Sector Urbanizable Programado (SUP-9) Lavanderas en Colmenar Viejo, Madrid (España), con una superficie de 56,4 hectáreas, una edificabilidad de 192.551 m² y 1.781 viviendas (de las que el 55 % tienen algún tipo de protección). Un proyecto que empezamos en 2004 y que se desarrolla por fases. En la actualidad se ha modificado la Delimitación de Redes Públicas (aprobación definitiva) y se ha redactado el Plan Parcial (aprobación inicial), aún quedará por redactar el Proyecto de Urbanización y la Dirección de Obras.
. los inicios
En noviembre de 2003 uno de los propietarios nos lleva a ver el sector para mostrarnos los terrenos que piensa urbanizar. En la misma visita nos advierte que no es el único propietario y que para trabajar en ese proyecto, primero tendríamos que ganar el concurso privado que había acordado con los otros dueños con los que constituían la mayoría (familias Madridano y Banús). Dicho concurso se lleva a cabo en abril de 2005 y resultamos ganadores.
El mismo propietario comparte con nosotros una serie de reflexiones sobre la necesidad de hacer las cosas de otro modo, entre otras cosas porque él pensaba que el sector inmobiliario no iba a poder seguir de la misma manera y que en poco tiempo ya no se iba a vender cualquier cosa, ya no sería suficiente ofrecer el mismo tipo de viviendas aún mejorando las calidades. Pero no se refería solo a las viviendas, nos hablaba de la necesidad de dotar el sector con espacios públicos de calidad, donde fuera agradable pasear y estar, que tuviera una identidad, que cuando alguien paseara por allí, supiera que estaba en Colmenar Viejo y no en cualquier urbanización de la periferia de Madrid. Quería que la imagen final fuera más parecida a la colonia San Crispín, con su vegetación (pese a tratarse de viviendas unifamiliares), que a la marea de cubiertas rojizas de los chalets adosados que vemos en la foto inferior. No solo entendíamos sus reflexiones sino que las compartíamos.
Estábamos hablando de finales de 2003, antes de la crisis del 2008. Durante todo el año 2004 nos pusimos a trabajar en el proyecto. Cada dos meses veníamos a Colmenar Viejo y pudimos comprobar cómo cambiaba el paisaje durante las estaciones y cómo los habitantes utilizaban o recorrían ese espacio. Después de un año, consideramos que ya podíamos empezar a trazar líneas en un plano, al mismo tiempo no entendíamos cómo era posible que alguien hubiese imaginado un desarrollo urbanístico para ese sector de la manera que lo había dibujado en un Plan General y en un Sistema de Redes, probablemente porque nunca haya ido a ver el terreno y su topografía.
No obstante, había otro elemento que merecía una atención especial por los problemas que acarreaba a priori: el granito.
. el concurso
Tras llamar a todas las canteras de granito de la región, llegamos a visitar la parcela con tres de ellas. Mientras para los promotores el granito era un escollo presupuestario, un técnico de una de las canteras nos preguntó nada más entrar en la parcela si éramos consciente de la fortuna que suponía el granito en términos económicos, siempre y cuando se aprovechara el material resultante de las excavaciones (grava, piedras, rocas…). La intención al llamar a las empresas de canteras de granito era la de conocer el tipo de espacios que podían dejar las excavaciones para después poder intervenir como arquitectos. Tras las conversaciones con el ingeniero de minas nos dimos cuenta de las posibilidades reales que tenía el proyecto, siempre y cuando fuera capaz de adaptarme al punto de vista de un ingeniero y a su proceder, aún sabiendo que esta metodología iba a crear situaciones espaciales que no se suelen dar en las urbanizaciones (aunque sí en la parcela existente con los frentes de cantera ya existentes como el de la foto superior), con el consiguiente esfuerzo que ello iba a generar para poder convencer primero a los propietarios y después al ayuntamiento.
Lo que sí estaba claro es que (casi) todos, promotores, funcionarios y responsables políticos (de varias corporaciones) coincidían en la peculiaridad de los frentes de canteras y en la necesidad de mantenerlos como seña de identidad de Colmenar Viejo. Nosotros íbamos a ir aún más lejos, no reproduciendo los mismos espacios, sino manteniendo la mentalidad de los ingenieros de entonces aplicadas a las nuevas técnicas, aunque el aprovechamiento no fuera a ser el mismo; si desde finales del siglo XIX el granito de esas canteras se utilizó para la construcción de las líneas de tranvía y de trenes en Madrid, en nuestra época, el material se emplearía para el proyecto de urbanización y para la edificación, de todas las maneras posibles; árido para hormigón, para rellenos; piedras para muros; rocas para taludes y para mobiliario...
Sin ser muy conscientes del significado que tenía esta manera de intervenir en los años 2004 y 2005, lo que estaba proponiendo era una intervención sostenible, tal y como después fuimos aprendiendo en nuestras numerosas investigaciones en el desierto de Marruecos durante los últimos 10 años, donde los habitantes de los oasis son capaces de construir ciudades con los materiales que se encuentran en el sitio, tierra, agua y madera, generalmente palmera (Habitat en Régions Presahariennes). En nuestro caso no tenemos tierra sino granito. En este proyecto nunca hemos empleado el término Desarrollo Sostenible en la memoria o en las presentaciones, porque después de lo que hemos aprendido, y seguimos aprendiendo en el desierto, nos parece una aberración la utilización que se hace en Europa de ese término, convirtiéndose en una mera justificación administrativa y olvidando su verdadero significado. En nuestro caso, el granito es nuestro gran aliado pero nos obliga a pensar y trabajar de manera diferente, y por consecuente, la propuesta para la ciudad debía ser diferente.
Pero volvamos al proyecto, porque el primer cometido fue analizar la propuesta de viario del Plan General y más concretamente al Sistema de Redes que tuvo que realizar el Ayuntamiento para dar cumplimiento a la, por aquel entonces, nueva Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid.
En los siguientes croquis y planos se aprecian los principales cambios en relación con el Plan General y con el Sistema de Redes, modificando viarios (el trazado original nos hubiera obligado a construir 4 puentes para cruzar el arroyo y una rotonda en mitad de la cantera principal con frentes de 12 metros) y la ubicación de las viviendas unifamiliares y colectivas.
En lugar de colocar las viviendas individuales adosadas junto a la vía pecuaria, se ubicaron las colectivas, porque era el terreno menos complicado desde el punto de vista topográfico y porque iba a permitir una mayor densidad, liberando otros espacios necesarios para la conservación de las canteras existentes. Por otra parte, la colocación de esas viviendas colectivas no implicaba una imagen de barrera desde la vía pecuaria, porque se disponían de una manera, y con unas dimensiones, que permitirían una permeabilidad desde el punto de vista paisajístico. Las siguientes imágenes se hicieron para el concurso privado de abril de 2005 y ya se estaba planteando una intervención radical en la topografía con las excavaciones en el viario de circunvalación y las parcelas de las viviendas junto a la vía pecuaria, dejando dos paseos elevados a ambos lados de dicho viario.
Desde un principio estos cambios no fueron evidentes ni para algunos propietarios ni para algunos funcionarios ni para algunas autoridades, por lo que tuvimos que desarrollar los planteamientos, yendo de una “simple” zonificación para un Plan Parcial, a un proyecto arquitectónico con anteproyectos de casi todas los tipos de vivienda para comprobar que se podían construir el número de viviendas indicadas con sus plazas de garaje correspondientes. Este proceso, que ha durado desde el 2005 a la finalización del Plan Parcial en 2014 y su posterior modificación en 2020, se ha llevado a cabo consensuado cada propuesta con los propietarios, los funcionarios y las distintas corporaciones.
Esta fue la ordenación propuesta por el equipo con el que competimos.
. el lugar
Desde la primera visita fuimos conscientes de que ese lugar no podía ser urbanizado de cualquier manera, no era solamente una cuestión paisajística por la existencia de las canteras, el arroyo, la compleja topografía o el borde urbano que iba a consolidar, también lo era por la relación que los habitantes de Colmenar Viejo tenían con ese lugar, utilizado como espacio natural donde poder hacer pícnics, pasear a pié, en bicicleta o a caballo, por sus senderos y por la vía pecuaria. Para ser sinceros, era una pena que la ciudad perdiera esa espacio de esparcimiento y nuestra primera pregunta fue si se podía compatibilizar un desarrollo urbanístico con el mantenimiento de zonas verdes, y algo aún más importante, con los recorridos que permitían ir desde el casco urbano a la vía pecuaria.
Son precisamente esos recorridos, y más concretamente los peatonales, los que han ido delimitando los espacios públicos y como consecuencia los espacios privados para las viviendas, independientemente de si su representación en los planos era la usual o no; se le critica al urbanismo que en muchos casos se plantee como un dibujo sobre un plano de colores para repartir porcentajes, en lugar de pensar en la representación gráfica de la generación de espacios amables y útiles para el funcionamiento de la comunidad. Por todo esto, se ha intentado ser coherente, adaptándose al lugar en lo físico y en lo psíquico hasta el punto de estudiar y utilizar elementos que en una escala de pensamiento de Plan Parcial nunca se tienen en cuenta y sobre todo, intentando compaginar los intereses privados con los públicos y como se demuestra en la propuesta, anteponiendo estos últimos. Veamos algunos ejemplos.
En el punto 1 tenemos un ramal del arroyo y junto a él, una zona con árboles y un afloramiento geológico. Lo más fácil hubiera sido delimitar la parcela adyacente al sur del arroyo con una línea recta, sin embargo en los planos esa línea es poligonal.
El segundo punto fue determinante para trazar uno de los recorridos peatonales que van desde el arroyo hasta la vía pecuaria. Hubiese sido más sencillo dibujar esa “banda verde” de otra manera, pero nos pareció interesante integrar y recuperar un espacio surgido de la explotación del granito como futura fuente (con sus bordes debidamente delimitados para evitar caídas), dotando así de un elemento “autóctono” e identitario a la red de espacios públicos.
Estos son solo algunos ejemplos de los espacios singulares que esconde la parcela y de la importancia que tiene visitarla y recorrerla de arriba abajo para entender mejor la propuesta dada la complejidad de la topografía.
A otra escala, el trazado del viario se ha realizado en función de los caminos que durante años han ido haciendo tanto los habitantes como los animales, porque en muchos casos, eran la manera más racional de recorrer una parcela con una topografía tan compleja. Si se superpusieran los dos sistemas viarios (el rodado y el peatonal), veríamos que coincidirían bastante con los señalados en esta fotografía aérea.
. los planos
Pues bien, intentando compatibilizar el lugar y su identidad, las distintas normativas, las demandas de los promotores y el interés general, se fue desarrollando el proyecto arquitectónico al que después se le ha dado forma de Plan Parcial, haciendo hincapié, como ya hemos comentado repetidas veces, en dotar al sector de un sistema de espacios públicos en cantidad, en calidad y en singularidad, y en unas viviendas que puedan aprovechar al máximo tanto las vistas como los espacios verdes públicos, semiprivados y privados, suprimiendo las calles de acceso rodado que no fueran necesarias, esto es, peatonalizándolas.
En los sucesivos croquis se puede observar la evolución general de las parcelas, cambiando la ubicación de las unifamiliares y colectivas y desarrollando las propuestas para cada parcela a medida que se hacían los anteproyectos que después se incorporaban al plano general de ordenación.
El documento de Plan Parcial se terminó en septiembre de 2014 y la propiedad lo presentó en el ayuntamiento en febrero de 2015. Sin embargo, la administración local no informó hasta abril de 2020, una demora causada por cambios en los técnicos del ayuntamiento, en los gobiernos locales y por la tramitación de la modificación del Sistema de Redes al tener que informar Confederación Hidrográfica del Tajo (en lugar de hacerlo con la tramitación del Plan Parcial). En 2020 se realizan cambios en el viario estructurante y varias parcelas para dar respuesta a los requerimientos del Ayuntamiento y de los nuevos propietarios.